Tuesday, December 31, 2013

Sin título



(Postales de NY, diciembre 2013)

Saturday, November 30, 2013

Sunday, November 03, 2013

Gran Vía (1): publicidad


(Gran Vía, 2-11-2013)

Wednesday, October 30, 2013

La intimidad, la voz baja, el apunte suelto

"Un libro de viajes, de viajes “pequeños”, ahora que el sentido deportivo nos empuja al estrambote, a largarnos a Tasmania en flotador o a recorrer el Camino de Santiago con una venda en los ojos. Un libro de viajes a los lugares a los que no deberíamos dejar de ir, cercanos, parte de nuestra cultura, de nuestro modo de percibir, de nuestro arte; a esos lugares en los que no hay otra manera que el paseo, que generan su propia narración, lenta como la mirada, que han aprendido a ser libros y a ser cafés y esquinas. Un libro en el que E. B. recoge lo que no deberíamos haber perdido en nuestras modernas caminatas por selvas y desiertos: la intimidad, la voz baja, el apunte suelto, las pocas palabras tras las que se intuyen las ciudades, su tiempo, su espejos" (A. M. R., Revista Ariadna, nº 59, primavera de 2013).

(Madrid, Rastro, 11-XII-2011)

Saturday, October 26, 2013

Patinadores

Los fantasmas también proyectan sombras.



(Madrid, 25-11-2013, grabado con el móvil)

Sunday, October 20, 2013

Variaciones sobre un cuadro de Antonio López

El original: Gran Vía (1974-1981): óleo sobre tabla, 90,5 x 93,5 cm



Copia y detalles: Gran Vía (4 de agosto de 2013, 7:32 a.m.): fotos



Sunday, October 13, 2013

Autorretrato en Cuenca

Sunday, October 06, 2013

Apuntes del escritor en trance

"A las guías ilustradas de los lugares a los que viajamos —siempre es bueno servirse de lazarillos cuando afrontamos lo desconocido—, conviene acompañarlas de libros que hablen de esos mismos lugares pero de un modo parcial y apasionado. Poemas sobre rincones que podrían pasar desapercibidos, leyendas sobre naufragios que no dejaron pecio alguno, recuerdos de infancia apuntados en diarios de letra menuda, fotografías de muros que al atardecer parecen rothkos y de casas sin encanto aparente donde se traficaron amores o se salvaron patrias. [...]
El diario de quien no sólo fija en palabras los pasos con que descubre las ciudades a las que llega, sino también del que busca el rastro propio y el de sus lecturas en esas impresiones apuntadas con cierto vértigo de escritor en trance pero sin descuido; en esas imágenes de fotógrafo en blanco y negro que, como en los textos en que se insertan, no encuadran los lugares con que habitualmente los turistas certifican su estancia, sino los barrios, parques, casas y rincones con que se alimentan las pasiones arbitrarias. [...] un diaporama sentimental sobre el que urdir itinerarios urbanos desacostumbrados, más atentos a la representación de la vida diaria que acogen que a la monumentalidad del teatro sobre las tablas de cuyo escenario discurre".
Cortesías: Diarios de Rayuela, José Carlos Díaz Pérez mejorando el original. 

Tuesday, September 24, 2013

El viejo París: inventario previo a la liquidación

París para la memoria. El libro negro de las destrucciones haussmanianas (Paris pour memoire. Le livre noir des destructions haussmanniennes) es el elocuente título de un precioso libro que se ha publicado en Francia. En él se reproducen las 632 planchas de los dibujos de las fachadas de los edificios del centro parisino realizados entre 1851 y 1854 bajo la dirección del arquitecto Gabriel Davioud (con la ayuda de J. Pappert), justo antes de que la monomanía higienista y modernizadora del ínclito Barón Haussmann arrasara con todo e hiciese desaparecer esas casas para siempre. 

La Prefectura de París tuvo el buen gusto de hacer este encargo para registrar y preservar “al menos en la memoria” estos barrios que serían destruidos. Los bocetos están llenos de detalles e información: los escaparates de las tiendas, las decoraciones de puertas y fachadas… Se trataba de realizar una especie de postrer Inventario Previo a la Liquidación. Casi un millar de edificios reproducidos, dentro del perímetro de Las Halles, la rue de Rivoli y la rue Saint-Jacques. Fue el historiador Pierre Pinon quien descubrió estos diseños en la biblioteca histórica de la ciudad, cuyas láminas coloreadas se destruyeron en un incendio durante la Comuna de 1871.
Viendo las casas y tiendas de este libro nos invade una melancolía similar a la que nos abate cuando recorremos las fotografías de Los palacios de la Castellana (Turner, Madrid, 2010). Presenciamos allí las ciudades que nos han robado. Las vidas que nos han hurtado y que ya sólo podemos imaginar. El placer extinguido, inalcanzable, en nuestros paseos y visiones. 
Querríamos pasear por ese viejo París, por esos barrios destruidos, como desearíamos recorrer La Castellana contemplando preciosos palacios. Ciudades fantasmas que sólo perviven en la memoria común gracias a los dibujos y las fotografías. Mientras caminamos por allí se puebla nuestro cerebro de imágenes que reemplazan los espacios vacíos. Donde antes se elevaban las piedras ahora flotan los espectros.
Todo en nombre del Progreso, que, como dijo Baudelaire, es el paganismo de los imbéciles. 

Saturday, September 14, 2013

George Santayana: una filosofía del viaje

Anduvo toda su vida Santayana soñando con viajes: posibles e imposibles, físicos e intelectuales, en el espacio y en el tiempo, hacia otros cuerpos y por mentes extrañas. Dice, incluso, que si algún día alcanzara el cielo, enseguida saldría a buscar sus límites y se pondría a pasear por las afueras. 
Entre el cuaderno de viajes, el libro de memorias y el ensayo filosófico, la tercera y última parte de la autobiografía de George Santayana Personas y lugares, publicada póstumamente bajo el epígrafe «Mi anfitrión el mundo», es un compendio ejemplar de su pensamiento, su vida y su escritura, unas páginas inolvidables que, junto con los maravillosos Soliloquios de Inglaterra, dan probablemente la medida literaria más alta de su autor. 
[...] Materialista platónico, hombre de porte elegante como su prosa, se imagina uno al anciano Santayana caminando a paso lento por la Riva degli Schiavoni o por el entorno de San Pietro in Montorio, junto a la fontana Aqua Paola, apoyado en un bastón, vestido con traje y sombrero, contemplando el delicioso cuadro veneciano de San Giorgio Maggiore o asomándose al espectacular crepúsculo romano desde el mirador del Gianicolo. Abismado en la observación de lo inmediato, en el hecho súbito de la experiencia, como algo no adulterado ni explicado: imágenes impresionistas, esencias de la belleza que llegan a través del aire, que también es -como él mismo afirmó- una forma de arquitectura. 
Personas y lugares, vistas instantáneas del mundo que cautivaron su mirada al pasar y quedaron fijadas en su memoria. 
"George Santayana: una filosofía del viaje", en la revista Clarín, nº 106.
 
PD: Siete años después del comienzo, quizá sea buen momento para hacer un cambio de título en el blog.

Monday, September 02, 2013

Paris qui dort (1925)

París que duerme es un cortometraje mudo de ciencia ficción dirigido por René Clair. Los primeros cinco minutos son una maravilla. El vigilante nocturno de la Torre Eiffel se despierta una mañana y ve que nada se mueve en la ciudad, como si todos hubiesen muerto. Baja de la torre, se pone a caminar por las calles y no encuentra a nadie, todo está vacío, hasta que por fin descubre a algunas personas que están paralizadas: es como si se hubieran quedado congeladas, en distintas posturas. Todo se había parado a las 3.45 horas a causa del rayo paralizante de un científico loco. 

Sunday, August 18, 2013

Manu, de Manuel Jabois

Este año para mí no hay Galicia y me he quedado sin cena solanera. Para aliviar la morriña desde este asfalto sin playa, vuelvo a leer Manu, la crónica exagerada y hardcore del embarazo de la criatura.
Puede que haya dos lectores opuestos e irreconciliables de este libro: los que –como dijo Elvira Lindo en la presentación en Tipos Infames– creen que todo Manu es un mero prólogo hilarante y excesivo que sirve de excusa o parapeto a las cinco páginas emotivas y magníficas del final, que es donde Jabois se quita el disfraz afterjaus y muestra su corazoncito; y los que consideran que todo va de puta madre hasta que a Jabo le salió el sentir, que diría JRJ.
Estos dos tipos de lectores –el sentimental y el cínico, digamos, por etiquetar y resumir, con dos cojones– nunca se pondrán de acuerdo, ni falta que hace, pues no van a quedar a comer ni a tomar cañas juntos, salvo que algún día se celebre un Jabois Parade y haya que organizar las mesas, que todo puede ser. Donde aquél se escandaliza (o se remueve un poco incómodo en el asiento, con el dedo casi dispuesto a marcar el teléfono de urgencias de la asistente social), éste se descojona sin parar; donde aquél se emociona, éste se ruboriza (o se remueve un poco incómodo en el asiento, casi avergonzándose de su condición humana). ¿Pero qué más da? Jabois puede tener tantos tipos de lectores como estilos, tonos, temas y géneros se proponga ametrallar con su prosa (uno de sus grandes valores, precisamente, es la versatilidad).
Yo puedo disfrutar tanto del Jabois exhibicionista pasado de rosca como del Jabois tierno, tímido y sentimental. Sé que son el mismo, los percibo a cada paso, en cada página, y si me faltase uno se resentiría el otro. A mí lo que me gusta, sobre todo, es la mezcla: ese personaje carismático y un poco patoso que se ha creado y que tanto se hace querer.
Me imagino a Jabois con dos versiones preparadas del mismo artículo dudando antes de adjuntar archivo y darle al botón de “Enviar”: ¿mando a El Mundo el que le gustará a mi madre o el que romperá los récords de retuiteos en Twitter? Como sabe que si envía el primero luego se arrepentirá o le dará vergüenza, suele enviar el segundo. Por pudor.
Como digo, a mí lo que más me gusta es la mezcla, ese Jabois blended, destilado como el whisky de refinería gallega Rías Baixas, con el sabor sutil y un poco ácido del Albariño, el color apasionado –sangre coagulada– del tinto de Barrantes y el humor eufórico del licor café, maravilloso, insuperable. La mezcla, Jabo, la mezcla, siempre con medida, en su punto de sal... (aunque sea sal gorda, como en el pulpo a feira).
Hace un año Jabois tuvo un hijo y todos temíamos que su personaje literario acabase sucumbiendo entre pañales y biberones. Para disipar todas las dudas, el autor retomó su pluma (el disfraz de su pluma) y escribió Manu, donde explota su veta más extrema y descacharrante, aquella que germinó gozosamente en los artículos de Frontera D: el de la autoparodia elevada a una de las bellas artes. Otra vuelta de tuerca –muy siglo XXI– sobre una fértil tradición hispánica: la caricatura quevedesca, el esperpento valleinclaniano, la retranca afinada de Julio Camba (por mencionar la inevitable bicha, aunque yo no la vea), las palabras esdrújulas de Umbral…
He aquí al autor con barba y melena reflejado en el espejo del Callejón del Gato, como un Bradomín que sale del after a media mañana: descamisado, el pelo enmarañado, los ojos rojos, el aliento a rayos (o como un Melendi en vuelo, al que cada vez se parece más en las fotos). Un autorretrato beodo, un ecce homo con resaca. No hay un escritor actual con el que me haya reído tanto.
Todo envuelto en una prosa perfecta, magistral, que nunca falla.
Este verano me he quedado sin Sanxenxo, pero leo a su hijo más ilustre (con permiso del aviador Piñeiro). No, Rajoy es sólo una visita veraniega, de esos que dicen "Sanjenjo".

Friday, August 16, 2013

Nine O'Clock

Pasábamos de vuelta a casa de Arvor, cuando vi que en el reloj del Big Ben (que para mí estará siempre asociado a los dibujos de Willy Fog de La vuelta al mundo en 80 días) iban a dar las nueve. Me dio tiempo justo de poner la cámara de fotos en el poyete que da al Támesis y darle al clic. 

Friday, June 28, 2013

La excomunión de Spinoza, la sinagoga vacía

Recuerdo la primera vez que leí la fórmula del Herem que promulgó la comunidad judía de Ámsterdam para expulsar de su seno a Baruch de Spinoza. Era una tarde de invierno, en principio trivial y anodina, como si yo fuese el protagonista de una novela de Benet. Anochecía tras los cristales. Todo estaba en silencio. Por los pasillos de la facultad (Filosofía, Complutense, Madrid) no había nadie en aquel momento. De repente una voz grave, siniestra, profunda, empezó a resonar en mi cabeza conjugando verbos crueles: excluimos, expulsamos, maldecimos, execramos. Quedé profundamente sobrecogido.

Estaba leyendo, como solía hacer, en una de las bancadas de madera del primer piso, frente a la cristalera hiperfragmentada del vestíbulo, apenas separado del vacío por una barandilla. Era la hora habitual de los estudiantes noctámbulos y de los profesores primerizos o denostados; también a veces pasaban con su mopa las señoras de la limpieza. Pero aquel día no había nadie. Maldito sea de día, maldito sea de noche; maldito sea durante el sueño y durante la vigilia. Maldito sea al entrar y al salir. Quiera el Eterno jamás perdonarle. Retumbaba la cólera divina en cada maldición, en cada condena. Como disparos de mosquetón en un fusilamiento.
El reloj de la facultad —un reloj redondo, futurista, como recién salido de Metrópolis de Fritz Lang, o eso me gustaba imaginar— daba siempre las demasiado pronto, una hora que parecía irreal, infinita, una hora que nunca llegaba, que se desvanecía en la lectura, en la letra impresa, página tras página, y moría, como las olas de las canciones francamente mejorables, antes de llegar a la orilla. Que su nombre sea borrado de este mundo (…) Sabed que no debéis tener con él comunicación alguna, ni oral ni escrita, ni hacerle ningún favor, ni permanecer con él bajo techo, ni acercársele a menos de cuatro codos, ni leer cosa alguna por él escrita. Noté en mis brazos los pelos de punta.
Acababa de abrir La sinagoga vacía. Un estudio de las fuentes marranas del espinosismo, el libro escrito por Gabriel Albiac que había tomado prestado en la biblioteca. Aunque se había publicado solo una década antes, parecía un ejemplar antiguo, como curtido en piel de oveja, casi un incunable. Durante años lo estuve buscando sin éxito por las librerías de viejo. Nada. Imposible.
Portentoso entramado de erudición, pensamiento y poesía, La sinagoga vacía abre tantas puertas a la conciencia como laberintos y espejos hay en los versos de Borges. Es un ensayo contundente, riguroso, profundo, pero también se puede leer como una novela, como una colección de historias apasionantes y misteriosas (y cada pie de página, con especial mención al gran Gershom Scholem y a la Historia de los heterodoxos españoles de Menéndez Pelayo, se convierte en un nuevo laberinto de posibilidades). Así lo leí yo entonces, y así lo estoy volviendo a leer ahora, cuando, por fin, se ha vuelto a editar, en una versión corregida y aumentada, un cuarto de siglo después de la primera.

Thursday, May 16, 2013

Algunas herejías

Arrianismo.  Sostenía que Jesús era hijo de Dios, pero no Dios mismo
Docetismo. Declara que Cristo  no había sufrido la crucifixión, ya que su cuerpo sólo era aparente y no real.
Adamismo.  Para retornar  a la inocencia originaria del  Edén descrita en el  Génesis, defendía la absoluta desnudez y  una estricta abstinencia sexual
Maniqueísmo, fundada por el sabio persa  Mani (o Manes), quien decía ser el último de los profetas enviados por Dios a la humanidad. Se presenta como la legítima superación del zoroastrismo, del budismo y del cristianismo. Supone una concepción básicamente gnóstica y fuertemente dualista entre Dios y cosmos, Bien y Mal.
Simonianismo. Defiende la divinidad de Simón el Mago, al poseer poderes mágicos tales como volar, y la posibilidad de obtener poderes y favores del Espíritu Santo a cambio de dinero.
Gnosticismo. Defiende que ni por la sola fe ni por el perdón gracias a la muerte de Cristo bastan para salvarse; sino que el ser humano es autónomo para salvarse a sí mismo gracias a la gnosis o conocimiento introspectivo de lo divino.
Ofismo  (rama gnóstica). Considera a la serpiente del Génesis como una bendición (al ofrecer a los seres humanos la posibilidad del conocimiento verdadero y absoluto, representado en la manzana) y a Dios con la maldad del Demiurgo.
Monofisismo. Declara que en Cristo existen las dos naturalezas pero “confundidas”, de forma que la naturaleza humana se pierde, absorbida, en la divina.
Pelagianismo. Afirma que el pecado de Adán no debilitó la capacidad humana de hacer el bien y puede salvarse sin la ayuda de la gracia divina.

Sunday, April 14, 2013

Saturday, March 23, 2013

La DGT al estilo Dreyer


Carl T. Dreyer: They caught the ferry (1948).
PD: El cuestionario Sanfeliu.

Tuesday, March 19, 2013

Como pájaros muertos

"Quien escribe corre dos riesgos: el peligro de ser demasiado bueno y tolerante consigo mismo, y el riesgo de despreciarse. Cuando se siente inundado de felicidad por todo lo que piensa y escribe, cuando se tiene en demasiada estima, escribe con una facilidad y fluidez que deberían parecerle sospechosas. No tiene sospechas porque en su espíritu, que brilla con fuego fatuo, no queda espacio para sospechas o juicios y todo lo que inventa, piensa y escribe le parece felizmente legítimo, útil y destinado a alguien. Cuando por el contrario empieza a despreciarse, tira por tierra de inmediato los pensamientos propios, los derriba de un tiro en cuanto se levantan y respiran, y se encuentra con que acumula a su alrededor de manera compulsiva cadáveres de pensamientos, engorrosos e inoportunos como pájaros muertos. O bien se siente lleno de desprecio por sí mismo pero también de alguna oscura esperanza y escribe y reescribe la misma frase desde el principio en un folio infinitas veces, con la absurda confianza que de aquella frase fija broten de repente, por milagro, vitalidad y reflexión". 
(Natalia Ginzburg, "Interlocutores", Ensayos)

Thursday, March 14, 2013

Akutagawa Ryunosuke

"¿Es que no hay nadie que me haga el favor de venir y estrangularme silenciosamente mientras duermo?" escribió Akutagawa Ryunosuke, el autor de Rashomon (el relato que inspiraría la película de Kurosawa). Leo su Vida de un idiota. Tenía tanto miedo a haber heredado la locura de su madre que finalmente se volvió loco. "La vida es una olimpiada patrocinada por un grupo de locos".
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Antes de suicidarse, en 1927, con 35 años, escribió esta carta a su amigo Kume Masao:
"Aproximadamente en los últimos dos años, he pensado sólo en la muerte, y con especial interés he leído un relato que trata sobre este proceso. Mientras el autor se refiere a esto en términos abstractos, yo seré lo mas concreto que pueda, incluso hasta el punto de sonar inhumano. En este punto yo estoy moralmente obligado a ser honesto. En cuanto al vago sentido de ansiedad respecto de mi futuro, creo que lo he analizado por completo en mi relato "La vida de un loco", excepto por el factor social, llamémoslo la sombra del feudalismo, proyectada sobre mi vida. Esto lo omití a propósito, al no tener la certeza de poder clarificar realmente el contexto social en el cual viví.
Una vez tomada la decisión de suicidarme (yo no lo veo en la forma en que lo ven los occidentales, es decir como un pecado), me resolví por la forma menos dolorosa de llevarlo a cabo. Excluí, por razones prácticas y estéticas, la posibilidad de ahorcarme, dispararme un tiro, saltar al vacío u otras formas de suicidio. El uso de drogas me pareció el camino más satisfactorio. Y por el lugar, tendría que ser mi propia casa, cualquiera sean los inconvenientes para mi familia. Como una suerte de trampolín, al igual que Kleist y Racine, pensé en la compañía de una amante o un amigo, pero habiendo elevado la autoconfianza, decidí seguir adelante solo. Y la última cosa a considerar fue asegurarme una perfecta ejecución, sin el conocimiento de mi familia. Después de unos meses de preparación me convencí de la posibilidad de realizarlo.
Nosotros los humanos, siendo animales humanos, tenemos un miedo animal a la muerte, la así llamada vitalidad no es otra cosa que fuerza animal. Yo mismo soy uno de esos animales humanos. Mi sistema parece gradualmente haberse liberado de esa fuerza animal, teniendo en cuenta el poco interés que me queda por el alimento y las mujeres. El mundo en el que estoy ahora es uno de enfermedades nerviosas, lúcido y frío. La muerte voluntaria debe darnos paz, si no felicidad. Ahora que estoy listo, encuentro la naturaleza más hermosa que nunca, paradójico como suene. Yo he visto, amado, entendido más que otros, en esto tengo cierto grado de satisfacción, a pesar de todo el dolor que hasta aquí he soportado.
P.S.: Leyendo la vida de Empédocles, me di cuenta de cuán antiguo es el deseo de uno de convertirse en Dios. Esta carta, en cuanto a mí concierne, no intenta esto. Por el contrario, yo me considero uno de los hombres más comunes. Recuerda esos días, veinte años atrás, cuando discutimos "Empédocles sobre el Etna" bajo los árboles de tilo. En esos tiempos yo era uno de los que deseaba convertirse en Dios."

Saturday, March 02, 2013

"Está bien" (y otros breves)

A mí también me gustaría retirarme a escribir a Castel Gandolfo.
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Tomando mejillones en escabeche. Pienso en los kilómetros de cuerda que nos habremos tragado desde pequeños.
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Aunque suene mal, a veces la violencia es un aliado propicio de la justicia poética. Paradigma: cabezazo Zidane-Materazzi.
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Si hubiese reedición (improbable), la editorial podría poner una de esas llamativas fajas rojas con la leyenda: Lector Malherido: "Está bien".
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El día menos pensado meten tu cuerpo en un archivador gigante y te cuelgan una etiqueta del dedo gordo.
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"Puedo perder la razón, la compostura y la vergüenza, pero siempre estaré ahí. No colgado de una percha" (un amigo, todavía sobrio).
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"Para silencio, el aeropuerto de Zúrich" (otro).
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"Intentas ir de guay, pero no te sale" (otro a otro).
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Palabra de honor. Palabra de horror.

Sunday, February 24, 2013

Friday, February 22, 2013

Medio hombre, medio cerdo


La poeta Marcela Iacub, sobre Dominique Strauss-Kahn: "Es un artista de las alcantarillas, un poeta de la abyección y de la suciedad". "El hombre es horrible, el cochino es maravilloso, pese a ser un cochino, es decir, un ser intratable". "Nunca he dejado de verte como un cerdo malvado y es porque eres un cerdo que me enamoré de ti". "Mezquino, machista, vulgar, encadenado de manera servil a su esposa, Anne Sinclair, que financió toda su carrera política por su propia ambición personal". "Está convencida de que ella y su marido pertenecen a la casta de los dueños del mundo, para ella el mundo se divide entre señores y sirvientes, entre dominadores y dominados, como si viviéramos en el Antiguo Régimen".