Friday, December 02, 2011

Un método peligroso

Al final está siendo un gran año de cine, desde luego mil veces mejor que los últimos que recuerdo. Quizás las crisis económicas son buenas para que se afile la inteligencia, prosperen sólo los buenos y se deje de derrochar el dinero público-y-privado en directores inútiles bien situados, que nunca dan la talla. Hablábamos hace poco de Terrence Malick y Lars Von Trier. Ahora se une David Cronenberg. Los tres han hecho este año, para mi gusto, la mejor película de sus ya largas carreras.
Igual que en El árbol de la vida y Melancholia, hay algo en Un método peligroso que no se olvida fácilmente. No sé exactamente lo que es ese algo. Quizás es lo mejor que se puede decir del arte, de la poesía, del cine: que tiene un nosequé que lo es todo. Algo que se nos escapa pero que sabemos que está ahí, que nos retiene. Llamémoslo "la atmósfera" esta vez, no sé.
Frente a las otras dos películas (raras, excesivas), en Un método peligroso dominan la contención y la mesura. Tampoco creo que sea una obra maestra o un peliculón. De hecho, se queda corta, sabe a poco, resulta demasiado esquemática. Pero tiene algo especial que permanecerá.
El reto de salir bien parado utilizando dos personajes tan particulares como Freud y Jung era complicado, pero creo que se ha resuelto bastante bien. Los actores se salen, sobre todo Viggo Mortensen, que me ha parecido simplemente perfecto. Las ciudades son preciosas, el lago, el barco, las casas, los muebles, la ambientación de época, el escritorio de Freud...
Los jardines del palacio Belvedere de Viena me han traído muy buenos recuerdos. Esas esfinges blancas...

3 comments:

Perkele Maljanne said...

De repente me dan ganas de volver a leer aquel fallido "La interpretación del asesinato".
¿Lo conoce?

conde-duque said...

Bienvenida, Perkele. Lo conozco, pero no lo he leído.

Portarosa said...

Hola, chico. ¿Así que te llega la popularidad, al fin?

La vi ayer, aconsejado por un (sorry) psicoanalista, y a mí me supo a poco, la verdad. Esperaba que tuviese más contenido "psicológico", que contase más de su trabajo, y no se limitase a hablar (y tampoco mucho, la verdad) de su relación. Cuando acabó me cogió por sorpresa...

Un abrazo.