Thursday, August 26, 2010

El final del verano

Guiño kafkiano: una errata feliz en los comentarios del anterior post: "No quería que nos esfumáramos, que nos convirtiéramos en fantsamsas".
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He aprovechado los dos días de lluvia para aprender a manejar el Windows Movie Maker, que es muy sencillo, y he estado cortando y pegando en los archivos del último año (lástima que no tuviera aquí el resto, aunque en general no suelo hacer muchos vídeos). Me han salido dos vídeos. Uno es un homenaje a mi preciosa Esfinge, los viajes junto a ella. El otro es este breve ensayo de metafísica heideggeriana (por decir algo) que os pongo aquí debajo.
Son todas imágenes grabadas con mi pequeña cámara de fotos, así que no se puede pedir mucho. La canción es “Gong Endir” de Sigur Ros. Creo que pega bastante con el tono melancólico de las imágenes. Espero que no os aburra mucho.
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Monday, August 23, 2010

A Exaltación do Mexilón solanero

No sé si pasaremos a la Historia de la Literatura, pero desde luego deberíamos hacernos inmortales en los anales de nuestras moleskines.
Cuando, aturdidos sobre el colchón, tirados en el suelo, no recordamos cómo llegamos a casa, es de suponer que lo hemos pasado muy bien. Uno se sumerge en una taza de café cargado, otro trata de recomponer el mal cuerpo y el otro recuenta los pelos que ha perdido en la dura refriega del sueño.
De vuelta por la autopista, Jabois conduce con la misma soltura con que escribe los artículos. Zigzaguea con suavidad, pisa el acelerador y adelanta a los rezagados en las curvas. No se le nota la resaca al tío. Qué dominio de la noche, está fresquísimo. Yo, en cambio, los “días después” no suelo tener palabras. Empiezo las frases pero no consigo terminarlas. Se me despeñan las neuronas en el abismo. Suena una canción de los Beatles mientras cambiamos de provincia. El paisaje sigue siendo el mismo.
Recuerdo cuando hace varios años, aún sin conocernos, ocupamos la casa virtual de Mabalot, que estaba de viaje en Japón, e hicimos una fiesta antológica. Se nos subieron las sustancias a la cabeza y la prosa dio muchísimo de sí. Estaba Lara con nosotros. Nos reímos mucho. Quién nos iba a decir entonces que estábamos inaugurando una tradición solemne.
Sólo cuando meto la cabeza en el agua helada del mar el cerebro recupera su textura. Entonces empiezan a llegar, poco a poco, de manera caótica, algunos flashes discontinuos, imágenes distorsionadas, secuencias vagas de la larga noche en la Ciudad Catedral, tan bien nutrida de vino, viandas, copas, etc. La nariz inflada del famoso peregrino borracho de la rúa do Franco, “Zapatones”, que te agarra del brazo si desvías la mirada de su impracticable conversación. Marino, el portero napolitano, que llegó a Compostela huyendo de la Camorra. Una hermana fugaz cuya existencia desconocíamos. Las palabras en off del líder de la oposición. La plaza de la Quintana, silenciosa, entre la neblina. No puedo asegurarlo, pero juraría que alguien, ya muy de madrugada, se travistió de Buñuel y se puso a mear en el quicio de la Puerta Santa. No se me ocurre mayor irreverencia. Quizás subirle las faldillas al Papa, no sé. A las seis y pico de la mañana, el periodista va parando a la gente por la Plaza Roja con su pregunta inapelable, absurda: “Oye, perdona, ¿una tienda en la que vendan camisetas del Atlético de balonmano? ¿De Papitu, por ejemplo?”. Al llegar a casa, ya de amanecida, tres rayas de luz atravesaban la persiana y amenazaban inútilmente con impedir el sueño. No lo consiguieron.
La culpa de todo es del licorcafé. Y de Yoko Ono, claro.

PD: Me está gustando mucho El viajero sin propósito de Dickens, parece escrito expresamente para mí. Lo que se dice literatura de andar y ver. “Hace algunos años, una incapacidad para dormir de carácter transitorio, atribuible a una sensación de angustia, me obligó a pasearme por las calles durante toda la noche a lo largo de un periodo que duró varias noches”. “Pocos lugares existen a los que me parezca tan grato regresar cuando estoy de mal humor como aquellos en los que nunca he estado”. Gracias por el obsequio, anfitrión.

Saturday, August 21, 2010

En las calles de Edimburgo

Harry Potter a la guitarra.

Thursday, August 19, 2010

Interludio rías baixas: cousas do verán

Cuando no tienes Internet es cuando te das cuenta, más que del tremendo vicio, de la necesidad imperiosa de este maldito invento, coño. Siempre hay algún mensaje esperando respuesta en el correo. Se me ocurren más posts estos días que en todo el año entero, pero no los apunto y al final acabo viniendo al cíber a desovar esta colección de tonterías. Cruzo el paseo marítimo como el salmón río arriba.
Este cíber lo frecuentan, principalmente, niñas abducidas por el Facebook. Tía, ¿has visto la foto de la Mery?, se escucha entre chasquidos de chicle.
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Prejuicios absurdos pero inevitables. Me cae mal la gente que se pone demasiado morena. Esos que andan por el mundo renegridos, como si les hubiesen dado una pátina de cómic. No sé por qué, me los imagino de poca inteligencia. No puedo evitar pensar que son cortos. Veo a uno de esos seres con roña y automáticamente pienso: “mira qué tío más tonto”.
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El Cunqueiro de no-ficción (si esa etiqueta es posible en el caso de nuestro Borges gallego) no deja de maravillarme. Estoy leyendo ahora el volumen 4 de las obras completas publicadas por Galaxia. Se trata de artículos y ensayos breves sobre literatura. Habla Cunqueiro de Georg Trakl, de Celan, de Roussel, de Cummings, de O’Casey, de su amado Villon, etc. El ensayo que dedica a la figura de Shakespeare (“Las mil caras de Shakespeare”) debería figurar en cualquier antología de la mejor crítica literaria.
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El significado es el uso en determinado contexto (2º Wittgenstein).
Qué rica está, a eso de las 14.35 horas, cuando tienes un hambre canina, esa última patata mustia, requemada, marroncilla, diminuta y con reborde como de uña sucia, ese resto triste de patata solitaria que ha quedado desechada en el plato tras haber sido despreciada por todos los contendientes en el chiringuito.
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El fichaje de Ozil es una de las mejores noticias de los últimos años para el Real Madrid. Cuando lo vi jugar en el Mundial me quedé alucinado. No sabía quién era. Desde que se retiró Zidane no había visto nada parecido (ojo, no digo que esté a la misma altura, que es imposible).
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Al igual que en los últimos veranos, ya estoy empezando a tomar aspecto de oso panda al revés.

Sunday, August 15, 2010

Mis Constables




Oxford, 7 de agosto de 2010

Monday, August 02, 2010

A Londres y Edimburgo

Nos vamos una semana a la pérfida Albión: cinco días a Londres y dos a Edimburgo.
Nuestra amiga londinense ha cambiado de barrio, así que podremos conocer de primera mano otra zona. El año pasado nos gustó East Dulwich. Este año vamos aquí, casi en la ribera del Regent's Canal. Mirando el mapa, se puede trazar una línea más o menos recta desde mi refugio de Inverness Terrace, el paraíso de aquel verano, junto a los jardines de Kensington.
Para entretener a La Esfinge, que ya está un poco aburrida de “mi Londres” (lo siento: aunque me guste conocer nuevas partes de la ciudad, siempre tengo la necesidad de volver a mis lugares preferidos, para ver que siguen allí, sin cambios, no sé), he estado mirando para hacer alguna excursión por las afueras, pero precisamente ella ha estado ya en todos los sitios: Oxford, Cambridge, Canterbury, Bath, Brighton… Yo no he estado en ninguno, pero si por mí fuera me quedaría simplemente paseando por Londres. Paseando todo el día, sin parar. Ésa es mi extraña concepción de la felicidad. Pero, claro, ésa es una felicidad solitaria, porque a ver quién aguanta ese programa ascético, monótono y esforzado. La felicidad en compañía, que es mucho mejor, va por otro lado, aunque no tan lejano, quizás; por ejemplo, basta con tumbarse en el césped de un parque, a la sombra de un árbol, tomando un sándwich de M&S y mirando los cisnes del lago.
Tendré que sopesar bien los nuevos destinos. El año pasado se me ocurrió que fuéramos a ver el ambientillo de Canary Wharf y a la Esfinge le pareció un plan absurdo ir hasta allí para contemplar un par de rascacielos y ver cómo salía la gente de las oficinas a comer en los alrededores… A mí me gustó.
Como siempre, intentaré captar ambientes, momentos, lugares, personas, sensaciones... para después contároslo (o mostrároslo en foto). En realidad no sé adónde me llevará esta colección infinita de paseos, ni qué sentido tendrá. Una lucha imposible contra la irrealidad en que nos convierte la muerte, qué sé yo.
En cuanto a Edimburgo, no he estado nunca. Me apetece conocerlo. A ver qué tal. Se admiten sugerencias.

Sunday, August 01, 2010

El Támesis: poesía en color

Colour on the Thames (1935) es una de las primeras grabaciones en color que se conservan. La hizo Adrian Klein utilizando el sistema Gasparcolor, maravilloso invento del químico húngaro Bela Gaspar. A mí este tipo de imágenes me parece pura poesía. La secuencia del London Bridge entre el humo de las chimeneas de los barcos es para quedarse a vivir en ella para siempre.