Friday, October 20, 2006

José Gutiérrez-Solana


Es más conocido como pintor, pero algunas de sus páginas no morirán nunca.
Para mí, José Gutiérrez-Solana (1886-1945) es el mejor "descritor" de todos los tiempos. No he leído en mi vida descripciones tan crudas y enérgicas como las suyas. En su sobriedad se acumulaba toda la expresividad de la palabra. Al escribir, pintaba. Sus bodegones en prosa no tienen parangón en toda la historia de la literatura. Ya sé que suena exagerado, pero lo digo totalmente en serio. Muy en serio.
Sus obras recogen, con una mirada que fluctúa entre la violencia y la ternura, lo más truculento y sórdido de las Españas: mendigos, prostitutas, locos, despojos de casquería, objetos del Rastro, peces muertos, corridas de toros, bailes populares, máscaras de Carnaval, procesiones de Semana Santa, boxeadores, borrachos, maniquíes, esqueletos, cupletistas, obispos entrados en carnes, mataderos de cerdos... y un lúgubre etcétera.
De pequeño yo estaba obsesionado con el retrato de su tío Florencio Cornejo (vale, lo asumo: de pequeño yo debía de ser un poco rarito...). No sé, aquel cuadro me producía una extrañísima sensación de miedo y de lástima a la vez; supongo que adivinaba en el rostro de Florencio lo insondable de la mente humana. Años después lo convertí en protagonista-narrador de una novela absurda: era una especie de Dios encarcelado y condenado a pena de muerte, en espera eterna de su ejecución. Mudo y omnisciente, sólo pensaba y pensaba, absorto en su monólogo interior de Creador enloquecido; a veces inventaba historias para pasar el rato. Todo muy raro. Quizás algún día me atreva a releerla... Nunca se sabe.

2 comments:

El detective amaestrado said...

Has despertado mi curiosidad, conde duque, y eso es muy de agradecer en tiempos como estos

conde-duque said...

Libros de Gutiérrez-Solana: "Madrid, escenas y costumbres" (1918), "La España negra" (1920), "Madrid callejero" (1923), "Dos pueblos de Castilla" (1924) y "Florencio Cornejo" (1926).
Sus obras completas, en dos tomos, están publicadas por la Fundación Central Hispano.
Sin su estilo, Camilo J. Cela no hubiese llegado a ser lo que fue.