Tuesday, October 31, 2006

Cumpleaños total

No sé qué extraño secreto guardarán los ojos de la esfinge, pero me he quedado prendado del enigma para siempre...
....................
MANO ENTREGADA
Pero otro día toco tu mano. Mano tibia.
Tu delicada mano silente. A veces cierro
mis ojos y toco leve tu mano, leve toque
que comprueba su forma, que tienta
su estructura, sintiendo bajo la piel alada el duro hueso
insobornable, el triste hueso adonde no llega nunca
el amor. Oh carne dulce que sí se empapa del amor hermoso.
Es por la piel secreta, secretamente abierta, invisiblemente entreabierta,
por donde el calor tibio propaga su voz, su afán dulce;
por donde mi voz penetra hasta tus venas tibias,
para rodar por ellas en tu escondida sangre,
como otra sangre que sonara oscura, que dulcemente oscura te besara
por dentro, recorriendo despacio como sonido puro
ese cuerpo que ahora resuena mío, mío poblado de mis voces profundas,
OH RESONADO CUERPO DE MI AMOR, OH POSEÍDO CUERPO, OH CUERPO SÓLO SONIDO DE MI VOZ POSEYÉNDOLO.
Por eso, cuando acaricio tu mano sé que sólo el hueso rehúsa
mi amor -el nunca incandescente hueso del hombre-.
Y que una zona triste de tu ser se rehúsa,
mientras tu carne entera llega un instante lúcido
en que total flamea, por virtud de ese leve contacto de tu mano,
de tu porosa mano suavísima que gime,
tu delicada mano silente, por donde entro
despacio, despacísimo, secretamente en tu vida,
hasta tus venas hondas totales donde bogo,
donde te pueblo y canto completo entre tu carne.

(Vicente Aleixandre, Historia del corazón)
.................

Monday, October 30, 2006

Giovanni Papini

Este hombre con cara de degenerado y pelos de científico loco fue uno de los grandes escritores del siglo XX, aunque ya casi nadie lo recuerda. Su estilo apasionado -enérgico, brillante y contundente- siempre me ha recordado al de uno de mis ídolos: don Miguel de Unamuno (que, si bien poseía mayor calado filosófico, no igualaba en destreza narrativa al florentino).
Nació en 1881, fundó varias revistas literarias y flirteó con el futurismo de Marinetti, pero le duró poco la tontería. Su conversión religiosa supuso, como la de Pablo de Tarso, San Agustín o Chesterton, un momento estelar en la Historia Universal del Chaqueteo: pasó del ateísmo más nihilista y radical al cristianismo más encendido, y escribió una archifamosa Historia de Cristo. Murió el 8 de julio de 1956.
Igual que El Acantilado ha redescubierto en los últimos años a Stefan Zweig, que se ha vuelto a convertir en un best-seller, yo creo que alguien debería resucitar a Papini cuanto antes. ¿A qué esperan?
Os recomiendo especialmente sus libros Palabras y sangre, Gog y El libro negro.
Aquí podéis leer algunos de sus cuentos.

Sunday, October 29, 2006

Gene Tierney

Nació en Brooklyn, Nueva York, el 19 de noviembre de 1920. Tenía unos ojos preciosos. Escribía poesía y pintaba. Se casó varias veces. Tuvo problemas psiquiátricos. Protagonizó grandes películas como Laura, El fantasma y la señora Muir, El embrujo de Shanghai, El filo de la navaja... Nunca la olvidaremos.


Friday, October 27, 2006

Que lo pague el diablo (1930)

Así tendrían que ser todas la comedias románticas: sencillas, inteligentes, divertidas, sin grandes pretensiones, con diálogos ingeniosos, personajes atractivos... y, si es posible, de corta duración.
Título original: The devil to pay. Director: George Fitzmaurice. Guionista: Frederick Lonsdale. Actores: Ronald Colman, Loretta Young y Mirna Loy. Música: Alfred Newman. Fotografía: Gregg Toland.

"Fresco, irresponsable y cabeza loca" (como lo define su hermana al principio), Ronald Colman es un galán muy simpático que se pega la vida padre despilfarrando la fortuna de su ídem, sin dar un palo al agua. Tiene éxito con las mujeres y le gusta apostar a las carreras. Vuelve a Londres después de estar varios años deambulando por el mundo (la escena del principio de la película, en la que está subastando todas sus posesiones para pagarse el viaje de vuelta, es antológica) y entonces empieza el lío amoroso: se supone que sigue saliendo con una actriz de teatro, pero se enamora de una amiga de su hermana que está comprometida con un aristócrata. No contaré más... Tenéis que verla. No es nada del otro mundo, pero merece la pena.

Thursday, October 26, 2006

Los Panero


Debe de ser la familia más rara después de los Monster. Quizás por eso nos caen tan bien...
Disfrutaban de un estatus social envidiable, tenían una bonita casa en Astorga y mucho me temo que pasarán a los anales mitológicos del malditismo, esa religión absurda en la que se adora por igual a "un yonqui que escribe" que a "un gran poeta que se droga".
El padre, Leopoldo Panero (1909-1962), era considerado el “poeta oficial” del franquismo, protagonizó un famoso duelo lírico con Pablo Neruda y se bebía hasta el agua de los floreros. La madre, Felicidad Blanc, era tan guapa y elegante como malvada, con esa maldad sutil que sólo tienen las personas inteligentes. Y los tres hijos, Juan Luis, Leopoldo María y Michi, unos auténticos personajes, a cual más rarito y rocambolesco: los dos mayores, como el padre, se han dedicado a la poesía (me gustan los dos, pero sobre todo el segundo), mientras que el tercero -que es el que mejor me cae- se dedicó básicamente a pasárselo bien hasta que falleció de cáncer hace un par de años.
En 1976 Jaime Chavarri dirigió El desencanto, una mítica película-documental en la que aparecían los tres hijos y la madre contando distintas historias de la familia y poniendo a caldo al padre muerto. El ambiente decadente de la casa familiar sirve de perfecta metáfora a la sordidez de un linaje envuelto en el fracaso: "el fin de una raza", como dice Michi Panero. En su día supuso un verdadero escándalo para los bienpensantes... Ahora parece un simple juego de niños comparado con cualquier reality o programa del corazón. Estamos curados de espanto.
Eso sí: después de ver la película uno se queda pensativo, meditabundo, un poco incómodo, desencantado.
Tres poemas (uno de cada poeta Panero):

HIJO MÍO
Desde mi vieja orilla, desde la fe que siento,
hacia la luz primera que toma el alma pura,
voy contigo, hijo mío, por el camino lento
de este amor que me crece como mansa locura.
Voy contigo, hijo mío, frenesí soñoliento
de mi carne, palabra de mi callada hondura,
música que alguien pulsa no sé dónde, en el viento,
no sé dónde, hijo mío, desde mi orilla oscura.
Voy, me llevas, se torna crédula mi mirada,
me empujas levemente (ya casi siento el frío);
me invitas a la sombra que se hunde en mi pisada,
me arrastras de la mano... Y en tu ignorancia fío,
y a tu amor me abandono sin que me quede nada,
terriblemente solo, no sé dónde, hijo mío.
(Leopoldo Panero)

A LA MAÑANA SIGUIENTE CESARE PAVESE NO PIDIÓ EL DESAYUNO

Solo bajó del tren,
atravesó solo la ciudad desierta,
solo entró en el hotel vacío,
abrió su solitaria habitación
y escuchó con asombro el silencio.
Dicen que descolgó el teléfono
para llamar a alguien,
pero es falso, completamente falso.
No había nadie a quien llamar,
nadie vivía en la ciudad, nadie en el mundo.
Bebió el vaso, las pequeñas pastillas,
y esperó la llegada del sueño.
Con cierto miedo a su valor
-por vez primera había afirmado su existencia-
tal vez curioso, con cansado gesto,
sintió el peso de sus párpados caer.
Horas después -una extraña sonrisa dibujaba sus labios-
se anunció a sí mismo, tercamente,
la única certidumbre que al fin había adquirido:
jamás volvería a dormir solo en un cuarto de hotel.
(Juan Luis Panero)

A MI MADRE
(reivindicación de una hermosura)
Escucha en las noches cómo se rasga la seda
y cae sin ruido la taza de té al suelo
como una magia
tú que sólo palabras dulces tienes para los muertos
y un manojo de flores llevas en la mano
para esperar a la Muerte
que cae de su corcel, herida
por un caballero que la apresa con sus labios brillantes
y llora por las noches pensando que le amabas,
y dice sal al jardín y contempla cómo caen las estrellas
y hablemos quedamente para que nadie nos escuche
ven, escúchame hablemos de nuestros muebles
tengo una rosa tatuada en la mejilla y un bastón con
empuñadura en forma de pato
y dicen que llueve por nosotros y que la nieve es nuestra
y ahora que el poema expira
te digo como un niño, ven
he construido una diadema
(sal al jardín y verás cómo la noche nos envuelve)
(Leopoldo María Panero)
Y una canción de Nacho Vegas ("El hombre que casi conoció a Michi Panero"):


PD: Para no extenderme más hoy, otro día contaré al detalle la experiencia que viví "in person" con Leopoldo María Panero, hace unos siete u ocho años, los dos de tiendas por la calle Princesa (surrealista total, pero verídico).

Wednesday, October 25, 2006

Tuesday, October 24, 2006

Desconvencida


Es el mejor blog de Europa y parte de Oceanía. Antes de descubrirlo -allá por el mes de junio, creo recordar- tenía que conformarme con el de Félix de Azúa (que no escribe mal el hombre, pero tiene unos comentaristas muy pesados...).
Cada día Desconvencida nos regala a sus fans un libro diferente, una nueva película, una canción, un poema, una imagen...
Ha hecho del buen gusto una obra de arte.
Algún día se atreverá a escribir y entonces todos descubriremos la gran literatura que lleva dentro.
Hoy se cumple un año desde su nacimiento.
Gracias y felicidades.
"Me gusta el momento en que el cine está oscuro y va a comenzar la película, dormirme escuchando la lluvia caer y a ser posible con la ventana abierta para que entre el olor a tierra mojada, el té de frutas caliente que me tomo las tardes de invierno, abrir una novela de uno de mis autores favoritos y empezar la primera línea, sabiendo que me quedan por delante cientos de hojas que degustar, salir a la caza y captura de libros o discos, o simplemente perderme en una librería/tienda de música hurgando en todo aunque al final no compre nada, buscar regalos para mis amigos, ver la nieve caer a buen resguardo (me relaja), y mil cosas más..."
Foto: Desconvencida leyendo el diario de su hermana.

Monday, October 23, 2006

Sunday, October 22, 2006

Saturday, October 21, 2006

Antonio Palacios Ramilo


Seguramente es una de las personas más ha influido en mi vida, y hasta hace unos años no sabía siquiera que hubiera existido alguien con ese nombre...
Suya es la escenografía de mis paseos infinitos por las calles de la gran ciudad. Suyo es el paisaje que he contemplado desde que nací. Este hombre genial y desconocido ha moldeado con sus manos los contornos de mi imaginación.
Sin él no sería lo que soy.

Antonio Palacios Ramilo (1874-1945) fue el arquitecto de buena parte de los edificios comerciales y de viviendas del centro de Madrid. También diseñó, entre otras cosas, las bocas del Metro, el Palacio de Telecomunicaciones (ese inmenso trasatlántico que surca la plaza de Cibeles), el Banco Español del Río de la Plata (hoy sede del Instituto Cervantes), el Círculo de Bellas Artes (en la calle de Alcalá, con su pequeña Minerva) y el Hospital de Maudes (esa especie de castillo de Drácula que hinca sus torres en el cielo sangriento del ocaso, junto a la glorieta de Cuatro Caminos). Proyectó una reforma de la Puerta del Sol que nunca se llevó a cabo.
Fuera de Madrid, podéis contemplar sus obras en Vigo, en Mondariz y en su Porriño natal.

Friday, October 20, 2006

José Gutiérrez-Solana


Es más conocido como pintor, pero algunas de sus páginas no morirán nunca.
Para mí, José Gutiérrez-Solana (1886-1945) es el mejor "descritor" de todos los tiempos. No he leído en mi vida descripciones tan crudas y enérgicas como las suyas. En su sobriedad se acumulaba toda la expresividad de la palabra. Al escribir, pintaba. Sus bodegones en prosa no tienen parangón en toda la historia de la literatura. Ya sé que suena exagerado, pero lo digo totalmente en serio. Muy en serio.
Sus obras recogen, con una mirada que fluctúa entre la violencia y la ternura, lo más truculento y sórdido de las Españas: mendigos, prostitutas, locos, despojos de casquería, objetos del Rastro, peces muertos, corridas de toros, bailes populares, máscaras de Carnaval, procesiones de Semana Santa, boxeadores, borrachos, maniquíes, esqueletos, cupletistas, obispos entrados en carnes, mataderos de cerdos... y un lúgubre etcétera.
De pequeño yo estaba obsesionado con el retrato de su tío Florencio Cornejo (vale, lo asumo: de pequeño yo debía de ser un poco rarito...). No sé, aquel cuadro me producía una extrañísima sensación de miedo y de lástima a la vez; supongo que adivinaba en el rostro de Florencio lo insondable de la mente humana. Años después lo convertí en protagonista-narrador de una novela absurda: era una especie de Dios encarcelado y condenado a pena de muerte, en espera eterna de su ejecución. Mudo y omnisciente, sólo pensaba y pensaba, absorto en su monólogo interior de Creador enloquecido; a veces inventaba historias para pasar el rato. Todo muy raro. Quizás algún día me atreva a releerla... Nunca se sabe.

Thursday, October 19, 2006

In the mood for love


Deseando amar, de Wong Kar-wai, es un poema de hora y media sobre el amor imposible.
Melodías nostálgicas, andares elegantes, colores sugerentes... Imágenes a cámara lenta que convierten el tiempo en reflexión. Y pocas, muy pocas palabras.
Todo lo dicen las miradas de los personajes.

Wednesday, October 18, 2006

Mi amigo Lichtenberg


George Christoph Lichtenberg (1742-1799) era un hombre feo, canijo y chepudo.
Científico superticioso, hipocondríaco y enamoradizo, este profesor de física y de matemáticas fue -en mi opinión- la mente más penetrante y sutil de toda la Ilustración alemana. Para empezar, no se tomaba demasiado en serio a sí mismo y supo reírse de todo y de todos (¿cabe mayor "ilustración" que ésa?). Además, prefería Inglaterra a Francia, Shakespeare a Molière, Fleet Street a Les Champs Elysées... (este dato, nada baladí, es más significativo de lo que parece).
Fue uno de los pioneros de la electricidad, se adelantó más de un siglo a las teorías lingüísticas de Ludwig Wittgenstein y escribió greguerías mucho antes que nuestro Ramón. La agudeza de su ingenio sólo es comparable, en la historia de los hombres, a la de la ironía socrática.
Podría contar mil anécdotas de su vida o glosar algunos de sus maravillosos Aforismos (un regalo para cualquier inteligencia, un verdadero Evangelio de la Risa Absoluta), pero dejaré que sea él mismo quien se presente:
Carácter de una persona que conozco:
Su cuerpo está constituido de tal modo que si un mal dibujante lo pintara en la oscuridad sólo podría mejorarlo.
Se asoma a la ventana, la cabeza apoyada entre ambas manos, y aunque el paseante de la calle sólo percibe una cabeza asomada con melancolía, él suele aprovechar ese momento para hacerse la silenciosa confesión de que ha gozado en grande.
Sólo tiene unos cuantos amigos. Sólo ha amado un par de veces: una no infelizmente, la otra felizmente. Adquirió un buen corazón sólo por buen humor y liviandad. Su cuerpo y su ropa rara vez son apropiados para reuniones oficiales, y sus convicciones rara vez han sido... suficientes.
Su máxima aspiración: tres platos al mediodía y dos para la noche, con algo de vino; la menor: tener todos los días patatas, manzanas, pan y también algo de vino. Se sentiría infeliz si tuviera más o menos; cuando ha vivido fuera de estos límites invariablemente se ha enfermado.
Leer y escribir es para él tan necesario como comer y beber, y espera que nunca le falten libros. Piensa mucho en la muerte y nunca con repulsión: quisiera poder pensar en todo con la misma tranquilidad. Desea que su creador le reclame con suavidad la vida de la que no fue un propietario muy económico, aunque tampoco muy derrochador.
Por mi parte, sobra todo comentario. Leedlo y difrutad. Es una experiencia única, de verdad.

Tuesday, October 17, 2006

Dos paisajes de tren


LOS PAISAJES DE TREN SON MÁS PAISAJES


Saturday, October 14, 2006

El enigma Hitchcock


"Era un hombre cuyos auténticos sentimientos, miedos y anhelos, e incluso sus habituales reacciones cotidianas, resultaban difíciles de medir, y raras veces eran expresadas directamente. Eran controladas, calculadas, medidas, para conseguir el mayor efecto con el mínimo esfuerzo. Y las más profundas zonas de su vida interior se veían siempre refractadas por los ángulos y sombras de una narrativa fílmica, enfocadas y concentradas en una serie alternativa de imágenes violentas y tiernas. […]
Había en efecto muchos aspectos que conformaban el complejo carácter de Alfred Hitchcock. Estaba el poeta visual de la ansiedad y el accidente que evitaba ambas cosas y que, según muchos, merece un lugar junto a Kafka, Dostoyevski y Poe. Estaba el obsesionado técnico que trabajaba en el negocio del cine puro, intentando a lo largo de más de medio siglo hacer películas populares pero perfectas. Estaba el desvergonzado imitador de un burgués inglés. Estaba el publicista que se dedicaba a la mejora de su propia causa. Estaba el modesto hombre familiar que parecía encarnar los valores de la clase media pese a que él viajaba en primera clase. Estaba el mago, trabajando con luces y espejos con mano despreocupada y negro humor. Estaba el cronista de poco comunes estados emocionales. Estaba el excelente magnate comercial y el sufrido artista.
Su vida fue una incansable persecución de la mejor comida y vinos y comodidades y colaboradores, pero fue también una incansable búsqueda de la mujer ideal a la que adorar, el complemento perfecto del frustrado chico gordo que siempre se consideraba ser. Showman y artista, melancólico aislado y charlista divertido, gentil romántico e inflexible manipulador, se había convertido en un depositario de todo lo contradictorio que hay en la naturaleza humana. Sus sentimientos eran vertidos en la creación de sorprendentes imágenes, donde ponía sus desarticulados anhelos en labios de muchos personajes distintos; y sus más fuertes y auténticos impulsos ―aquellos que corresponden a lo demoníaco y aquellos que corresponden a lo divino― eran transmutados del caudal de su propia frustrada y contradictoria vida."
(Donald Spoto, Alfred Hitchcock. La cara oculta del genio, T&B Editores, Madrid, 1998, pp. 18 y 19.)

Con ustedes, el más grande:

Friday, October 13, 2006

Estambul. Memorias de una ciudad

Pensaba hablar de este libro cualquier día de éstos, pero la actualidad manda. Como ayer le dieron el Premio Nobel a su autor, me adelantaré a mí mismo para estar a la altura de los tiempos (prisas, publicidad y corrupción). Sólo diré que lo leí este verano, en inglés, y me encantó. Es una gozada pasear por Estambul de la mano de los recuerdos de Orhan Pamuk, que destila sensibilidad, estilo e inteligencia a raudales en cada palabra, en cada frase, en cada página. Vamos, que se disfruta un montón...
Lo acaban de publicar en español con el soso subtítulo de "Ciudad y recuerdos". Me imagino que habrán mantenido las estupendas fotografías en blanco y negro que ilustran el contenido del texto en la edición inglesa, pero cualquiera se fía de estos editores memos...
PD: Quien quiera saber más sobre el autor, que vea los telediarios, escuche la radio o lea los periódicos de hoy. Aquí tenéis al pequeñajo Pamuk (traducción inexacta y muy libre):
Desde que era pequeño sospechaba que mi mundo se prolongaba más allá de lo que podía ver: en algún lugar de las calles de Estambul, en una casa similar a la nuestra, vivía otro Orhan tan parecido a mí que podría hacerse pasar por mi hermano gemelo o incluso mi doble. No consigo recordar de dónde saqué esta idea o cómo llegué a tan peregrina conclusión. Supongo que mi fantasmagórico "otro" surgió de una mezcla de rumores, malentendidos, ilusiones y miedos.

Thursday, October 12, 2006

El caso Winslow


No me suelen gustar las obras perfectas, precisamente por eso: por ese afán de perfección (suponiendo que tal cosa sea posible). Pero no sé qué tiene El caso Winslow, de David Mamet, que me deja literalmente embobado -como un alma sin cuerpo, como un átomo en suspensión- desde que suena la primera nota de música en los títulos de crédito hasta que terminan los últimos acordes del final... ¡No puedo quitar los ojos de la pantalla ni un instante!
Me siento tan a gusto viéndola que no tengo más remedio que renunciar a todas mis convicciones. Me explico: me gustaría decir que El caso Winslow es una película aburrida, que el argumento no me interesa lo más mínimo, que los personajes son cursis y relamidos, que no soporto al imbécil del señor Arthur Winslow... Vale, muy bien, todo eso podrá ser cierto, pero en el fondo da igual. El hecho es que cada varios meses siento la necesidad de verla de nuevo, y ahí me paso otra hora y media larga de mi corta vida, anestesiado con esta historia real de la Inglaterra de principios del siglo XX: el insignificante robo de un giro postal por parte de un alumno de una academia militar que terminó convirtiéndose en un asunto de Estado. Motivo: la defensa a ultranza del honor: "QUE SE HAGA LO JUSTO".
Ni he leído la obra de teatro en que se basa la película ni he visto la versión antigua protagonizada por Robert Donat, pero no me hace falta, porque sé que en nada pueden mejorar esta película, que es perfecta (creo que ya lo he dicho). Pasarán los años -y las décadas y los siglos- y supongo que habrá alguien tumbado en el sofá de su casa, delante de la tele, como ausente, reencontrándose con su pasado de gentleman inglés y enamorándose de Catherine, camino de la "ataraxia".
Una verdadera obra maestra, a pesar de su perfección.

Sunday, October 08, 2006

William Henry Fox Talbot


Hay una magia especial en los pioneros de cualquier arte, sea el que sea, que los convierte en seres imperecederos. No es el mero hecho de haber sido los primeros en hacer algo (cosa que no tiene mayor importancia), sino esa especie de aura beatífica o atmósfera milagrosa que envuelve sus obras, como si algún dios pagano les hubiese regalado el don de la clarividencia. No sé cómo explicarlo...
William Henry Fox Talbot (1800-1877) fue uno de los inventores de la fotografía. Obtuvo el don de la clarividencia durante unas vacaciones en las orillas del lago Como, en Italia. Fue entonces cuando quiso hacer de la mirada humana un pincel reproductor de la naturaleza, y por sus resultados todo apunta a que lo consiguió.
En sus fotos los vivos están muy muertos, quizás porque son eternos. Sus imágenes de la abadía de Lacock, por ejemplo, parecen aguafuertes extraños, grabados oníricos por los que pululan fantasmas de clase alta. Es probable que estos espectros fueran simples paisanos inofensivos; después de todo, sólo están durmiendo la siesta en un sillón o descansando bajo una arcada en mitad de su paseo dominical... Pero ¿a que dan un poco de miedo?

Saturday, October 07, 2006

Fresas salvajes

Todo empieza con una pesadilla, la más "realista" y transparente de la historia del cine. El presagio de la muerte toma la forma de calles vacías, edificios ruinosos, relojes sin agujas pero con ojos, un hombre sin rostro que se desploma putrefacto y una carreta fantasma camino del cementerio. El corazón late, las campanas tañen a muerto, resuenan en el empedrado los cascos de los caballos, el choque de las ruedas contra la farola, chirrían las maderas del carruaje... El féretro cae al suelo y se queda entreabierto; una mano te agarra... El muerto eres tú.
Fresas salvajes (1956) es mi película preferida de Ingmar Bergman. También me gustan la filosófica El séptimo sello (rodada el mismo año) y la nostálgica Fanny y Alexander (1982). Tengo que reconocer -que nadie me pegue ni me insulte- que el resto de sus películas me parecen infumables y me resultan molestísimas. No las puedo soportar, por la exageración sin medida en la exhibición de los sentimientos más íntimos y por lo artificiosamente intelectual de muchos de sus diálogos, que suelen rozar el ridículo. Todo demasiado pedante, teatrero y melodramático para mi gusto... Hasta los silencios desprenden una retórica excesiva y autocomplaciente. Ante la pose pseudointelectualilla de Ingmar Bergman, uno echa de menos el gran principio clásico del "decorum".
En fin. Quedémonos con la estupenda escena de la pesadilla:

Friday, October 06, 2006

Rafael Sánchez Ferlosio

Nació en Roma en 1927 y tiene la sintaxis castellana metida hasta los tuétanos. Pasa de la vida literaria y se limita a escribir desde su cueva. Es el último sacerdote de la palabra. Cualquiera diría que ha jurado los votos de castidad, humildad y pobreza sobre las tapas de la Gramática de Nebrija...
Releo una y otra vez, con placer infinito, sus relatos cortos, reunidos en el libro El geco. Cuentos y fragmentos. "El pensil sobre el Yang Tsé o la hija del emperador" es el texto más bonito que he leído en mi vida. De vez en cuando, para olvidar las penas cotidianas, me zambullo en el discurso anestesiante y absorbente de El testimonio de Yarfoz, una novela tan difícil como inolvidable, escrita por un Kafka de Chamberí.
Para atreverse a cruzar los vericuetos de sus ensayos filosóficos no sólo hay que ser muy valiente, sino tener más moral que el Alcoyano y más paciencia que el santo Job. En el colegio empecé a leer El Jarama y me aburrió tanto que lo dejé para siempre. Lamentablemente tampoco pude con Industrias y andanzas de Alfanhuí. Una verdadera pena...

"Cuatro colegas"
De los cuatro colegas que yo tenía en aquella oficina, uno era simpático y educado, otro antipático y educado, el tercero antipático y maleducado y el cuarto simpático y maleducado. Yo, que soy más bien amigo de las distancias, guardaba el siguiente orden de preferencia: primero, con gran ventaja, el antipático educado, después el simpático educado y, casi a la par con él, el antipático maleducado, y finalmente, a enorme distancia, el simpático maleducado, del que si la objetividad no me obligase a reconocer que era, realmente, una buenísima persona, diría que resultaba un ser absolutamente abominable. El antipático maleducado era bastante duro de tratar, pero con él cabía la alternativa de la fuga y la prudencia, en tanto que la comparación entre el segundo y el cuarto me daba la ocasión de reparar en cómo mientras la buena educación es un remedio enteramente eficaz contra la antipatía, por el contrario, la simpatía, lejos de aliviar en nada la mala educación, la agrava y la potencia. [...]

Thursday, October 05, 2006

La memoria de los Corleone


He visto tantas veces la trilogía de El padrino que para mí es como la biografía de una familia cercana. No creo que haya en toda la historia del cine personajes tan de carne y hueso como Vito Corleone, su hijo Michael, Tom Hagen... Conocemos su forma de ser, su carácter, sus virtudes, sus instintos, sus miedos, sus anhelos, sus debilidades... Prácticamente todo.
En el fondo, la memoria de los Corleone nos revela una tragedia griega de crímenes inútiles, pasiones ciegas y venganzas, muchas venganzas. El sentimiento de culpa se confunde con la textura misma de la vida. Quizás, como en Sófocles o Eurípides, el Destino estaba escrito de antemano: la familia es la familia.
El padrino: la violencia hecha belleza:

Wednesday, October 04, 2006

Leaving Peter Pan



Apearse de la infancia es el mayor crimen de la vida. Y James M. Barrie se negó a cometerlo. No quiso crecer más.
Si estás atento, por la noche, aún podrás ver su silueta de metro y medio paseando por los jardines de Kensington: lleva sombrero y bastón, camina renqueante, y le acompaña un perro enorme que responde al nombre de Porthos...
Foto: estatua de Peter Pan, verano de 2006. (Según me ha dicho Mr. Google, el verdadero Peter se suicidó tirándose al paso de un tranvía en Sloane Square...)

Tuesday, October 03, 2006

Tren de sombras

La madrugada del 8 de noviembre de 1930 el abogado parisino Mr. Gérard Fleury salió en busca de la luz adecuada para completar una filmación paisajística en torno al lago de Le Thuit. Ese mismo día falleció en circunstancias aún hoy poco esclarecidas. Meses antes realizó una de sus modestas producciones familiares: una película filmada en el jardín eternamente soleado de Chateau Le Thuit, especie de paraíso terrenal. Partiendo de ciertos indicios suministrados por algunos fotogramas de la película, se iniciará una búsqueda por encontrar las causas de este misterio.
Ocurrió en una sala casi vacía de los cines Ideal. Mientras veía con la boca abierta Tren de sombras. El espectro de Le Thuit, de José Luis Guerín, pensé: "Esto es el cine". Ha pasado una década desde aquello y me ha sido imposible olvidar aquellas imágenes llenas de misterio, poesía y belleza. No he tenido la posibilidad de volver a ver esta película porque ni la sacan en DVD ni la ponen en la Filmoteca. Quiero volver a verla, aunque también me da cierto miedo la posible decepción (ya se sabe que la memoria nos engaña muchas veces).

Monday, October 02, 2006

Don Gesualdo Bufalino


Publicó su primer libro con 61 años y murió en un accidente de tráfico con 75.
Don Gesualdo Bufalino (1920-1996), que supo vivir siempre al margen de las tonterías del mundillo literario, nos ha dejado algunas de las páginas más hermosas de la literatura contemporánea. Quizás sólo un hombre que forje su estilo lejos de la pose del escritor público, oficial (del gremio), quizás sólo aquel que trabaja humildemente su prosa de manera constante y sigilosa a lo largo de los años (como el eremita que rumia sus oraciones en la cueva), puede alcanzar esa mirada tan profunda y creativa sobre el mundo.
A mí, que cometí el tremendo error de no nacer en Italia (mea culpa), me hubiese encantado charlar un rato con él, cualquier tarde, sentados sobre una roca, contemplando alguno de los parajes de su Sicilia natal, o tomando un chato de vino en una tasca de Comiso.
No voy a glosar sus virtudes literarias (sería demasiado largo), pero sí diré que por las fotos parece un señor simpático. Me cae muy bien, no lo puedo evitar.
Siempre miro en las librerías a ver si Bufalino ha sacado algún libro nuevo, pero nunca hay nada (es lo malo de la muerte, que nos roba la futura obra de los genios). Se hace muy difícil asumir esa pérdida.
Gracias por todo, don Gesualdo.
PD: Desgraciadamente (otro toque de atención a los editores ciegos), en España no se han publicado ciertas cosas de su -por otro lado- escasa obra. En mis viajes por las Italias he ido atesorando algunas de estas pequeñas obras maestras: Museo d'ombre, Saldi d'autunno, Bluff di parole, un magnífico Dizionario dei personaggi di romanzo (este lo compré en una de las librerías más increíbles que he visto en mi vida, que surgió inesperadamente cuando nos habíamos perdido por unas callejuelas de Venecia, al otro lado del Gran Canal), L'Amaro miele, Cere perse, Il malpensante, La luce e il luto... Si hay por ahí algún alma caritativa y generosa dispuesta a sufragar los gastos de la edición, me ofrezco a prepararla con toda laboriosidad y cuidado. ¡Definitivamente, necesito un socio capitalista para montar una editorial!
Un párrafo de Perorata del apestado:
Habíase convertido realmente en un juego querer o desquerer la muerte, en aquel verano del 46, en la habitacion 7 bis de la Rocca, adonde había llegado desde muy lejos, con un lóbulo del pulmón dañado por el hambre y por el frío, después de haber arrastrado conmigo, de estación en estación, con los dedos entumecidos en torno al metal del asa, una maleta de soldado, minúsculo ataúd de abeto para mis veinte años desjarretados. No poseía otro equipaje, ni contenía gran cosa dentro: un puñado de recuerdos secos, un revólver descargado entre un par de libros, y las cartas de una mujer que ahora estaba siendo devorada por la cal, entre Bismantova y el Cusna, bajo una mata de flores que había oído llamar aquileñas.

Sunday, October 01, 2006

Hangover

¿Cuál es el mejor remedio para el día después? Ni idea. Desgraciadamente no recuerdo lo que decía Juan Bas en su Tratado sobre la resaca, y no me sirve de mucho preguntarle a Mr Google, porque 1) odio el Bloody Mary, 2) no pienso renunciar al café, y 3) en mi nevera no hay ni kiwis ni pomelos.
Qué mala suerte que en Madrid no haya mar Cantábrico para meter la cabeza dentro...

Por lo pronto, vamos a echarnos un baile con nuestros amiguitos de la Nouvelle Vague:




Y emprendamos una batalla de nieve con los hermanos Lumière (en 1896):


Ahora sí... Ya se me han pasado todos los males.